sábado, 6 de septiembre de 2014
ENTREGA INMEDIATA
Ayer el gran circo
instaló sus carpas
en el mero centro
de gobierno.
El payaso principal
llegó en el anonimato.
Contó por varios minutos
el cuento del terremoto
y los quince, sí los quince
millones de necesidades.
Como a la una y media
se le mandó a su casa
para que lo atendiera
su fiel mucama
mientras llegaba la hora
de rezar el rosario.
Mientras tanto
las bartolinas repletas
por otros sin nombre.
Las bartolinas repletas
por seres desnudos.
Y allá, allá
lejos de la verdad
una casa
con dos portones seguros
y muy altos sus muros...
La Constitución de la República dice que todos somos iguales, pero yo tengo mis reservas...
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