lunes, 20 de mayo de 2013
PARTIDA
La vida se fué.
Quedó vacío el aposento.
La llegada de la aurora
se escondió.
Una bala traicionera
robó aliento
y tatuó piel.
El rastro de pólvora
se quedó vagando
en las exequías,
junto al ciprés,
sin saber por qué
la noche se hizo larga
y por qué compartió
la cena con la niebla
y las brunas tumbas
de los cementerios.
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