ALALIA
De pronto,
se quedó sin voz.
La oscuridad
envolvió su cuerpo.
Alucinó
y golpe tras golpe
siguió
por la ruta a tientas.
Aterrado
miró su reloj
y un comercial
de galletas
lo despertó.
Apagó el televisor,
cerró la puerta
de su cuarto
y no pudo dormir...
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