martes, 21 de julio de 2015
DEPRISA...
De una viga
como una lámpara,
pendía, rígido, descolorido
todavía rondando
en la habitación
sin darse cuenta
que no era materia
solo aire, solo aliento,
solo esencia.
Sus manos,
tan solo sus manos
no lograron
en el momento final
soltar la cuerda,
atrapar la vida
que se escapa,
que se pierde,
lentamente
como el goteo
constante y monótono,
como el penitente
de rodillas
llega a su altar
despacio, despacio...
Y así su cuerpo
amontonado
en la carreta
con muchos otros
que como él
no lograron
soltar la cuerda,
la cuerda,
su último suspiro
se amarró
para siempre
con la muerte...
Dedicado a los desconocidos suicidas...
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