sábado, 10 de agosto de 2013
OTRA VEZ
Rayando los márgenes de la ignorancia
se descubre la incapacidad del que preside
y nos inquieta el destino de la embarcación
si es endeble su timón y frangollón el marino
y las velas con facilidad son rasgadas
por un simple estornudo.
Preocupado entonces del camino
no descansa el inquieto peregrino
en su afán de llegar al sitio querido,
a ese lugar prometido
donde el unicornio imponente se alza
en aras del progreso y la confianza.
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