jueves, 10 de octubre de 2013
FANTASMAS EN LA COCINA
A la hora más oscura de la noche,
descendieron los fantasmas a la cocina
de la casa que habita el espíritu del valiente.
Se mostraron, aplaudieron, movieron objetos,
abrieron el refrigerador y comieron hasta hartarse.
Cuando terminaron, el valiente casi dormido
silbó la Marcha Fúnebre Masónica K,477
y los envió de nuevo al silente cementerio
donde reposan los tristemente seres apartados
de este valle de penumbras...
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