ELLA Y LA ROSA
El cortejo fúnebre
se desplazó lento,
casi uniforme,
lento y cansado,
simbólico
como queriendo
no seguir.
En el cementerio
con los brazos abiertos
la esperaba una tumba,
su último refugio.
Ella
con los ojos cerrados
dejó su bastión
y besó para despedirse
los pétalos de una rosa...
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