sábado, 21 de diciembre de 2013
TESTIGO SILENCIOSO
Por las noches como un gato
sigilosamente ingresaba
al dormitorio de los muchachos,
seleccionaba una cama
y todos inmediatamente
cubrían sus rostros
con sus manos, sus sábanas
o con lo que les permitiera
disimular el miedo
y mantener la calma.
Sin pronunciar palabras
porque no podían,
guardaban en la soledad
de sus oidos y su boca
la triste realidad
que los invadía
cada noche, cada instante,
cada segundo
cada lágrima derramada...
Y allá entre el lujo,
la ostentación y el ceremonial
el señor de la blanca sotana
callado esperaba su santidad...
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