DELIRIO
Armó el cuarteto,
recompuso el estribillo
y se los ofreció
a la musa solitaria.
Esta por carecer de manos
los tomó con sus labios,
los guardó en su vientre
y floreció el tierno romance
entre el actor de la música
y la solitaria belleza
sin sombra en sus manos...
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