martes, 15 de abril de 2014
EN LA MIRA
Sucumbir...
a la tortura, a la desaparición
es entregarse al juego
del homicida,
del despiadado innombrable .
La muerte llega
sin saber que ventana
la dejó entrar.
Cuanta inocencia
sucumbió en los ochenta...
Ahora muere la muerte
su desdicha de ser muerte.
Crecen espinos
en todas las esquinas,
se esconden los ríos
en las abiertas venas,
el miedo se adueña
de todas las escuelas,
las zonas populosas
sufren violencia
mientras
las de la cordillera
la paz de los sepulcros.
Las calles remozadas
son las mismas
que recibieron
la sangre obrera,
campesina
y de jóvenes estudiantes.
Estas calles siguen
recibiendo la sangre de todos,
el dolor de todos,
la tristeza de todos.
Sucumbir... Nacer...
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