lunes, 8 de abril de 2013
OSWALDO
Las nubes le contaron
al Cerro San Jacinto
que Escobar Velado
conocía el secreto
de dulcificar el soneto
para los niños,
y estos agradecidos
le regalaron la llave
que abre la cajita
de la ternura
y de la fantasía.
Las nubes contaron
que dos más
conocían el secreto.
Uno de ellos,
un juvenil poeta
mezclaba entre sus versos
el olor de la campiña
y el revolotear de los perícos
éstos emocionados
le regalaron
dos hermosas alas
para el vuelo.
El otro poeta,
maduro pintor
logró engalanar el cuento
con barro y con cipotes
y éstos le regalaron
el cariño de su pueblo.
SE RESUELVE:
El pueblo por el pueblo
para el pueblo:
¿El pueblo por si mismo?
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