martes, 11 de agosto de 2015
SORPRESA
Las copas de los árboles no crecieron
se quedaron enanas y sus flores
enanas también lamentaron
no llegar al cielo.
Los ríos raquíticos lloraron
por no llegar al mar
y porque en los quietos manglares
bandoleros tranquilos se escondían.
El volcán inquieto pidió
que limpiaran sus faldas
de enmascarados delincuentes
perdidos y sin ideologías...
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