miércoles, 27 de noviembre de 2013
FIESTA
Mis años abrieron banquete
y se pusieron a reir y llorar.
Algunas horas encaprichadas
reclamaron poca atención
y otras se embriagaron
de alegría con la ambrosía
que los dioses de la historia
caritativamente regalaron.
La pólvora, las serpentinas
y los gallardetes
se unieron en coro
por cada año vivido bien o mal,
y en el fondo en una bodeguita
tapado con un plástico un ataud
y en el cementerio un sepulturero
con su pala y su mano en la barbilla
hacía la siesta...
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